November 8, 2007

Pues uno nunca termina de conocerse

Me casé a los 18, todo paso en la iglesia,
la noche anterior robé un par de anillos,
la tarde siguiente me encontré diciendo acepto con algo de miedo y si,
vi lágrimas en otros ojos, esos ojos...

Terminé bailando "corazón" (si, esa que dice que no sé lo que me pasa cuando estoy con vos) cuando muchas veces admitía que lo único que me gustaba de la canción era saber que la cantaban los auténticos decadentes,
El motivo de esto, la negra me hizo el pedido de volver a la pista,
yo por mi parte, con las mismas ganas de irme le dije que si, pero que sería una, solo una canción,

Su pedido y manera de bailar viéndome sonreír, me hicieron pensar una vez mas (una de las tantas) si todo lo que estaba haciendo era lo correcto.

Tiempo después,
luego de la rutina del "No eres tu soy" formulada por su parte,
luego del silencio respectivo, solté un "no, en realidad soy yo",
ocasionando que toda la jugada del momento se derrita,
las cosas cambian, dije... las cosas son así, buena suerte a los dos, me dije,
ella no se fue.

Ya sentados en la mesa prestada,
entre lágrimas reconocimos que nos gustaba alguien mas y que era gracioso,
que nosotros,
si... nosotros, estemos pasando por eso,
sonreímos un poco,
no recuerdo la parte del beso, no recuerdo.

Ya de noche y pasando miles de arrepentimientos decidimos ir al Santísimo Redentor,
nos sentamos en la puerta, y mientras recordaba nuestra tarde de antología,
nos decíamos buena suerte,
"nunca me olvides..." dijiste
"espérame una vez mas" te dije... no sonreí, no dije mas.


Cuando niño me hacia la idea de querer a la niña de los ojos tristes,
aquella que algunos tontos llamaban "la niña triste",
yo me decía quererla,
no sentía nada, pero quería hacerlo.

A veces, conversando con la princesa,
nos poníamos a pensar en como sería todo mas adelante,
yo le hablaba de la casa verde que siempre quise tener,
ella, de los perros que su madre, Marujita, nunca le dejo cargar,
acordamos tener 12 cachorros, para que con el tiempo
terminemos siendo arrastrados por semejantes canes (pues tenían que ser de raza grande grande)

Todos se llamarían Duque, para evitar confusiones posteriores y dicho sea de paso, sería un honor a su padre (el rey), el cual, decía haber tenido un solo perro en toda su vida.

La casa nunca pudo construirse, todo quedó en cimientos y canciones de oasis, calamaro, estopa, paez, charlie y rolling rodando por todos lados,
la puerta verde a veces se posa en mi espalda,
la niña triste me dejó de hablar,
los perros me persiguen,
ella perdió los anillos,
nunca volví a bailar.

4 comments:

El Rojo said...

Mira tú, como vengo a enterarme. Y fue así en la iglesia, con sacerdote y todo?

Jersson Dongo said...

Todo muy bonito.
(Hablamos luego)

ENTRE BRUJAS said...

Me gustó mucho lo que escribes y cómo manejas el lenguaje... Te felicito y la historia... francamente sorprendente.... Cosas que uno hace con la juventud a cuestas, verdad? y lo mejor es que no nos arrepentimos jamás.
Gracias también por entrar en mi blog... soy nueva en éso y bueno... allá voy a ver qué pasa.

Un abrazo
Galadriel

Jersson Dongo said...

Muchas Gracias!
Este es uno de los ultimos posts que me gusta en demasía.


(Mucha Suerte)